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viernes, 4 de noviembre de 2011

De antaño viene la historia del castillo

El oro, las tierras, luego sus productos, el afán de conquistas, eran razones suficientes para que corsarios, piratas, filibusteros y bucaneros rondaran por los mares de la región oriental y llegaran a penetrar en la ciudad de Santiago de Cuba.
Inicialmente los coterráneos de las zonas costeras intentaban protegerse con construcciones hechas por ellos mismos, pero el esfuerzo era fallido, pues la ausencia de diseño y la arquitectura incipiente constituían un fracaso.
Se hacía imperioso salvaguardar a Santiago de Cuba de un ataque naval, pues las riquezas de la más grande de las islas del Caribe continuaba siendo una atracción. Y qué mejor lugar para perpetrar y saquear que esta parte del oriente. La necesidad de protección de la villa y de los intereses de la Corona Española llevaron a la determinación de construir la fortaleza del Castillo del Morro San Pedro de la Roca, que toma dicho nombre por Pedro de la Roca y Borja entonces gobernador de este territorio oriental, de quien partió la idea de la edificación.
Fue entre 1638 y 1700 que se realizó la construcción, considerada por los conocedores de la materia, como una de las obras defensivas más formidables ejecutadas por los ibéricos en el entonces conocido como Nuevo Mundo. Su principal diseñador y arquitecto fue el famoso ingeniero militar italiano Juan Bautista Antonelli.
Aún cuando Santiago de Cuba estaba protegida para evitar ataques y saqueos fue penetrada y en otras ocasiones, amenazada.
Allá por el año 1553, la entonces capital de la más grande de la isla del Caribe, fue víctima de un sádico ataque, realizado por el sanguinario corsario francés Jacques de Sores, quien tomó la villa oriental y permaneció en ella durante 80 días. En ese tiempo cometió todo tipo de ultrajes y saqueos.
Muchas consecuencias directas trajo consigo este ataque que fue el primero, mas no el único. Veinte años después el filibustero inglés Henry Morgan, tomó la fortaleza luego de la huída del jefe de la guarnición y la tropa. Con posterioridad, entre los años 1741 y 1745, escuadras inglesas intentaron tomar por asalto el castillo, pero fueron ahuyentados por los cañonazos.
Cuando en 1898 durante la intervención de Estados Unidos en la guerra hispano-cubana, una de las escuadras de los interventores intenta penetrar en el puerto de Santiago de Cuba fue un fracaso la acción. A pesar de ser menor el alcance de fuego de los cañones de la fortaleza del Morro que el de la flota estadounidense, hundieron el acorazado norteamericano Merrimac. Fue esa la última vez que dispararon los cañones de la fortaleza San Pedro de la Roca o Castillo del Morro.
Esta edificación la reconstruyeron en 1978, ahora es un mirador hacia el mar o las montañas; la vista se pierde en el horizonte y aún parece sentirse el olor a hierro y el zumbido de una época que llega a nosotros a través de muros y paredes.






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