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viernes, 24 de abril de 2020

Máximo Barrena: ícono legendario de la Vocacional


"Enseñar puede cualquiera,
educar solo quien sea un evangelio vivo."
José de la Luz y Caballero. 




Tal vez las más nuevas generaciones ni siquiera hayan escuchado sobre él. Algunos quizás lo conozcan por referencias y anécdotas contadas por padres, abuelos, amigos... Otros, como esta redactora, regresarán a sus años en el Instituto Pre Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Antonio Maceo donde en cualquier pasillo se escuchaba decir: "¡Pélete y aféitete!" o "¡Quítese ese macramé de la cabeza!", frases legendarias que llevan por nombre Máximo Barrena Ibarra.




HACIENDO HONOR A SU NOMBRE
Natural de Matanzas, comenzó a trabajar con muy poca edad, pues la época lo imponía. "Comencé desde niño. Ya a los doce años estaba en la agricultura, vendía palo para escoba y para hacer tendederas... "Ante la convocatoria del Comandante me incorporé como maestro voluntario en Minas de Frío, luego en otro lugar y en otro hasta que estuve en los Brazos del Peladero, cerca del Pico Turquino. "Cuando bajé de la Sierra Maestra estudié, estudié y me hice Abogado, pero siempre trabajé en Educación. "Fue precursor en la creación de las escuelas de oficios y en la incorporación de jóvenes desvinculados a este tipo de enseñanza.
MÁXIMO: UN ÍCONO DE LA VOCACIONAL 

A esta instalación educacional fue a la que dedicó la mayor parte de su vida, de su tiempo, de su entrega... Muchas son las anécdotas que podrían contarse sobre él, pero las de "pélete y aféitete" "quítate el tuernoqui ese" y "quítese el macramé de la cabeza" han trascendido de voz en voz; otros aún sienten en su pecho el regaño por la camisa desabotonada. Cuentan que cuando había juegos de béisbol en el estadio, a veces él iba y los muchachos que se habían fugado de la vocacional, no sabían dónde meterse. En otras ocasiones esperaba al día siguiente y mandaba a subir a todos los que habían ido al juego. Entonces uno a uno salía de la formación a pararse delante del resto en la plaza. Y como en realidad ninguno sabía a quién Máximo había visto y a quién no, pues ellos mismos se entregaban. Caminaba un tanto inclinado hacia un lado, y con sólo dar par de palmadas, todos se ponían en firme. El alumnado podía estar desordenado y disperso, pero al escucharlo decir: "¡A formar!" bastaba para que cada quien tomara su posición. Y si por casualidad alguno de los estudiantes sabía que estaba haciendo algo indebido y veía venir aquel Moskvich beige, entonces el corazón se le ponía a galope. Máximo estuvo pendiente siempre de los alumnos de la vocacional. No permitía la entrada de personal ajeno al centro y corría tras aquellos que iban al centro a ver a sus novias o en plan conquista. Nunca temió enfrentar a ninguno. Muchas veces se quedó sin comer por darle su bandeja de comida al que no hubiera alcanzado. Era intransigente con la atención a los alumnos; había que servirles la norma.
LA FAMILIA: RETAGUARDIA SEGURA   

Y mientras él dedicaba sus días al trabajo en la escuela, en casa una familia seguía en la cotidianidad, cual retaguardia segura. María del Carmen Rivero Rubio es su esposa hace 41 años y cuenta que a veces se pasaba hasta tres días sin ir a la casa, dedicado por completo a la vocacional. "Lo de él era trabajar y estar atento a la vida interna de la escuela. Sé lo que él representaba para esa escuela. ¡Y cómo los alumnos lo respetaban!" Ella, maestra también, lo conoció casi en la década del '70, mucho antes de iniciar la relación. Hasta trabajaron juntos. Luego ella vivió en otros lugares del país. Años después, cuando regresa a Santiago de Cuba, vuelven a coincidir y desde entonces comenzó a consolidarse el amor que ya ha superado las cuatro décadas. "María me amarró con sogas y cadenas", dice entre risas. ¿Sería quien además lo ancló Santiago de Cuba? Bueno... Lo cierto es que ella le ha acompañado siempre y ahora que ambos están jubilados, uno es el complemento del otro.
OTROS HABLAN DE ÉL
Aunque la cantidad de comentarios y anécdotas casi se vuelven incontables, escogimos de la red social Facebook algunos textos que le dedicaran ex alumnos al profe.
Luisa María Duharte Martínez: “Se ponía en el comedor a decir ´vamos, no hablen que esto no es un restaurante y tienen tres minutos para acabar que todos quieren comer´. Actualmente gracias a él apenas mastico la comida. Todos me preguntan que por qué como rápido y yo solo sonrío. Nosotros lo queríamos y queremos mucho.”
Diame Pupo: “No había falda corta que aguantara ni bemba pintada, pero siempre fue por el bien de sus muchachos y por preservar la disciplina que exigía un centro de excelencia como el IPVCE...Gracias y muchos años de vida que lo merece después de haber luchado tanto con nuestras malcriadeces.”
Surina González Viel:Conservo aún unos rayoncitos en mis piernas que me hizo el marabú corriendo para que no me sorprendiera fugada en la recreación del pedagógico...prefería la sangre en mis piernas que un regaño suyo... Eso sí era respeto a un docente. Lo admiro tanto…
Emilia Pupo Figueredo: Todo el que pasó por la vocacional tiene una anécdota con Máximo, esta es la mía: Me decía "espejuelos", como a todos los miopes de la escuela. Yo era una "puntualita", no novios, no recreación, no fugas... Hasta el día que me regalaron una trusa para el cumpleaños y había que usarla. Yo misma planifiqué la "misión" y el grupo se sumó. Todo fue un éxito, pasamos la noche en la playa y en la mañana regresamos. Pero el regreso fue un desastre, nos dispersamos y tuve que entrar sola. Como nunca había saltado una cerca entré por la puerta de la unidad 4, chorreando agua, en trusa, short y chancleta; ahí me encontré a los cuatro directores de las unidades y a Máximo haciendo huerto con estudiantes castigados. De más está decir que me morí literalmente, los nervios me dieron por apretarlo todo y caminar pa´lante como si nada, mientras todo se ponía oscuro y oía a los profesores llamarme escuché a Máximo que les decía: ¡No, no, no, déjenla! Todavía no sé cómo llegué al dormitorio y cuando lo conté nadie me creyó. Nunca me regañó ni mencionó el incidente, me salvó de una expulsión segura en aquellos tiempos de régimen super estricto, yo lo venero y quiero que él lo sepa.
Daniel Montoya Pérez: Un día pasé doble en el comedor, yo pensé que lo estaba cazando, y él era el q me estaba velando. ´Oye varón, ya usted pasó´, me dijo y le contesté que sí pero que tenía más hambre… y él le ha dicho a la tía ´sírvame ahí´… pa´ qué fue eso. Me sirvieron una bandeja de arroz, una de carne rusa, una con guineos hervidos, una con mermelada de mango, una jarra de refresco, aquello fue apotioso. ´¿Pero pa´ qué tanto?´ -le pregunté- ´¿Usted no tenía hambre? ¡Coma!´ ¡Qué pena, no me lo pude comer todo! Y me dijo: ´Si Ud. quiere, vuelva a pasar doble´. Más nunca en mi vida lo he hecho en ningún lugar. Él es lo máximo, jajaja…
 CUANDO SE AÚNAN VOLUNTADES
Imposible es publicar cada línea que le han dedicado, ni siquiera resumiendo las anécdotas, cabrían en una edición de este periódico. Cuando se habla de él, todos quieren opinar, compartir una historia, saber de su vida, agradecerle... Recientemente en un grupo de Facebook llamado IPVCE Antonio Maceo y cuya foto principal es casualmente la imagen de Máximo, alguien propuso realizarle una ayuda entre todos como muestra de agradecimiento. Con el fondo recaudado se le compraron pertenencias y otros artículos para su uso. El resto del dinero se le transfirió a su tarjeta de jubilación para que él disponga de este en lo que le sea útil y necesario. El valor de esta acción no es monetario, sino es como un agradecimiento al profe. Es como cuando los hijos les damos a nuestros padres lo que podemos como una recompensa al sacrificio en nuestra crianza, que aunque es el deber de ellos, no deja de ser una tarea difícil. Toda obra o acción que se haga en beneficio de este paradigma de la Educación será poco para magnificar la obra que fundó con dedicación a su labor.

UN HÉROE SIN TÍTULO
No hubo tarea, por complicada que fuera, que no terminara. A todas les ponía empeño y tesón. Además de ser maestro y hacerse Licenciado en Derecho, tiene el grado de Capitán. Fue a Angola como político de la unidad. "Y preparado para pelear", afirma. Estuvo en varios países con misiones específicas. ¡Y las cumplió! Aunque el IPVCE fue su obra cumbre, otros sitios podrían cronicar el modo en que se dedica a cada labor y la responsabilidad con la que ha asumido cada reto. Cuando los años duros del periodo especial no conoció de imposibles y comenzó a consolidar los autoconsumos de la escuela. Sembraban tomate, remolacha, yuca, calabaza y cuanto producto pudieran emplear en la alimentación. Además se inició la cría de cerdos y carneros, que si bien no fue la solución definitiva, ayudó a paliar la alimentación en días de crisis. Y todo el tiempo Máximo Barrena estuvo ahí, acompañando a los muchachos y enseñándoles valores de laboriosidad. Aunque a pesar de todo su sacrificio y de todos los años de empeño, nunca recibió el título de Héroe del Trabajo, no le faltaron otras condecoraciones y medallas que avalan su espíritu. Y por supuesto, tiene el mayor de los reconocimientos: alumnos que lo adoran y lo llevan consigo con gran orgullo, cual héroe de corazón.
LA VOCACIONAL EN EL RECUERDO
"Mis mejores años fueron en la Vocacional. Es imposible que pueda recordarlos a todos. A veces me paran por la calle y me dicen que estudiaron allá y me recuerdan. "Yo los sigo amando. Y muy importante, todos han cogido una carrera que les ha dado dentro o fuera del país." Se enorgullece de verlos formados como buenos profesionales, médicos, ingenieros, abogados, maestros... y sobre todo, buenas personas. Y el orgullo es recíproco, pues él contribuyó en nuestra formación, en hacer de nosotros los hombres y mujeres que somos en la actualidad, esos que no lo olvidamos ni con el paso del tiempo. Ya su salud no es la misma, ha perdido visión, sus pasos son más lentos, pero está ahí, a las puertas de los 78 años, que cumplirá el próximo 29 de mayo. Y pasarán muchos años; unos aquí, unos allá, algunos en otro mundo, pero todos con Máximo en el corazón. Él seguirá siendo el ícono legendario de la Vocacional, el ilustre de "pélete y aféitete".

19 comentarios:

  1. Excelente artículo. Buen trabajo. Felicitaciones.
    Al profe Máximo siempre lo recordaremos con cariño y añoranza de esos años de preuniversitario, los mejores.

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  2. Buen artículo Nalena. Gracias y Felicidades. ♥️♥️♥️♥️

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  3. Creo que aunque quisieras no podrías incluir aquí o sintetizar todo el amor y el respeto que cada uno de nosotros aún le profesa....su mayor mérito es que siempre será el ejemplo que nadie quiere defraudar

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  4. Gracias nale espectacular tu articulo.muchos años de vida para ese gran hombre que hace honor a su nombre MAXIMO!!!

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  5. Gracias por esta publicación , mis más sinceros respeto y consideraciones al prof Máximo, recordar es volver a vivir, realmente lo llevamos dentro, es difícil, imposible hablar del IPVCE ANTONIO MACEO sin mencionan a máximo!

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  6. Mimiiii...que lindo te quedo él articulo.Felicidades y gracias x hacer extensivo estos detalles d nuestro querido profesor que estoy segura muchos no conocían.Besitos

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  7. Gracias profesor sus enseñanzas siguen en mi vida diaria, ya tengo 55 años y sigo fiel a lo aprendido, geacias por su devocion con todos nosotros, yo soy de la segunda promocion term8nanos 1982. Un abrazo grande profe

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  8. Imposible olvidar a nuestro Máximo. Tuve la dicha de estar en la Vocacional con él. Son muchos los recuerdos.

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  9. Hermana me hiciste recordar, que alegría esa época. Muchas felicidades por el escrito. Máximo es un padre pata todos nosotros, nos educó u preparo para la vida, es un ejemplo de entrega y dedicación.

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  10. Gracias a todos por sus comentarios.

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  11. Oh! Hermoso,sin palabras. Que buenos recuerdos protagonizados por Máximo. Gracias.

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  12. FELICITACIONES MALENA JALES RIVERO Y ABRAZO A MÁXIMO TENEMOS LA MISMA EDAD....Y UNA VIDA PARECIDA...SIEMPRE PRIMERO EL OTRO. H.L.V.S.

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  13. QUIERO ESTAR COMUNICADO CON EL GRAN MÁXIMO TIENE FACCE ?

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  14. Excelente articulo...!! Gracias Nalena.. Nos has hecho recordar a todos, esos años hermosos que pasamos en la Vocacional..!! Yo soy de la generación que paso 6 años en el centro. 3 de secundaria y los 3 de preuniversitario.. del 1982 al 1988..! Infinidad de anécdotas tengo para contarte del Profe Maximo...!! pero solo te diré una.. Creo que tengo el record de ser el único.. o al menos el primero al que de un solo regaño.. me dijo sus tres frases célebres.. Alumno.. Abrochete..Pelete.. y Afeitete...!! jajajaja.. En 9no grado tuve que afeitarme por primera vez en mi vida...!! Larga vida.. y mucha Salud para el Profe...!! Ah.. y para terminar me gustaría saber en qué año estudiaste tú la Vocacional...??
    Un abrazo para ti..
    Saludos.. Vaneguita..!!

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  15. Magnifico comentario, que a no pocos nos saca las lágrimas de añoranza por quienes,en los años vividos en tan prestigioso centro ( 1993-1996)nos marcaron,y lo digo,por experiencia propia;a pesar de dónde estemos y por lo q hayamos experimentado posteriormente en la vida....esa época si me marcó,y le agradezco lo que soy hoy por hoy... Gracias a esa disciplina exigida no solo por Máximo,sino por casi todo el claustro del centro... Salud para Máximo y su familia....

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  16. Bella publucación se la merece a mi me quito varias veces el coquito como olvidarlo

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  17. Excelente publicación para quien formó varias generaciones de buenas personas. Muchas felicidades por honrar a nuestro Maximo.

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