Mi niñez y adolescencia fue hace unos 15 años. Con añoranza recuerdo las horas que dedicábamos a jugar a los escondidos, a las cuatro esquinas, a la tacha y aquellas mañanas completas lanzando platillos y corriendo bajo el sol al coge bases.
En las tardes, al
regresar de la escuela, era la furia del pañuelo. Las hembras nos incorporábamos
a bailar trompos, bolas y hasta montar carriolas y carretillas, pues lo
importante era jugar.
Así fue mi niñez; con
juegos tradicionales crecimos. Teníamos un CDR infantil que no necesitaba
convocatorias para los habituales “Plan de la calle”. Siempre estábamos listos
para jugar y también para armar una escuelita o un hospital de “mentiritas” en
el que cualquiera de nosotros era el maestro, el médico o la enfermera.
Ahora nuestra
interrogante: ¿Dónde han quedado los juegos tradicionales? ¿Dónde está la transmisión
que de generación en generación se hereda cual cofre para el entretenimiento?
¿Por qué estos tipos de juegos ya no son atractivos a niños y adolescentes?
¿Por qué es tan extraño ver a los infantes rodando una carriola o montados en
una chivichana? ¿Por qué los papalotes son prácticamente objetos en extinción?
¿Dónde ha quedado esa niñez en la que el grupo era el horcón para el
pasatiempo?
Los juegos
tradicionales han quedado un tanto en el olvido, aunque muchos, como los de mi
generación y otras, los recordemos con nostalgia.
Miriam Musle Lavalle,
Máster en Psicología de la Salud Infanto-Juvenil y especialista en Psicología
en el Hospital Infantil Sur Antonio María Béguez César, explica que el niño desde que nace
juega.
“Estos asumen modalidades
diferentes en la medida en que los pequeños van creciendo, o sea, cambia el
tipo de juego.
“Los juegos
tradicionales traen como resultado un normal desarrollo desde el punto de vista
psico-social y mental de los infantes, los juegos tienen una vital importancia
en el desarrollo de niños y adolescentes.
No solo los ejercita físicamente, sino que los ayuda a modular tanto su mente como su cuerpo y les permite una comunicación y una socialización con el mundo que los rodea.”
No solo los ejercita físicamente, sino que los ayuda a modular tanto su mente como su cuerpo y les permite una comunicación y una socialización con el mundo que los rodea.”
Es una preocupación y
un llamamiento a pensar en qué está sucediendo. ¿Será que los juegos
electrónicos han reemplazado a los juegos tradicionales? ¿Hasta qué punto las
nuevas tecnologías van en detrimento del desarrollo intelectual y social del
niño?
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