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viernes, 24 de abril de 2020

Meinardo: desafiando el peligro y la distancia


Hace cinco años las redes sociales facilitó la entrevista. En ese tiempo él desafiaba la muerte en la lucha contra el ébola, allá en Sierra Leona.
No nos conocemos personalmente, pero no hemos perdido la comunicación.
Desde que se diagnosticaron los primeros casos positivos a la Covid19 en Cuba pensé en él y tenía la certeza de que sería de los elegidos para enfrentarla, dentro o fuera del territorio nacional.
Entonces le escribí y casualmente se disponía a viajar a la capital y luego a algún otro país, que todavía no sabía.
Me mantuve al tanto de su destino y una vez más las redes sociales permiten esta entrevista con el doctor santiaguero Meinardo Reyes Rondón, especialista de primer grado en MGI y en Dermatología.

¿Cuándo y cómo se enteró de que se iría a enfrentar la #Covid19?
"Me enteré tres días antes de partir para la Habana, no tenía idea aún de a qué país iríamos. En la capital se hablaba de Jamaica, Granada y otros. A los pocos días comenzó a comentarse de que Italia iba a solicitar ayuda, pero fue par de días después que supimos formalmente que era cierto. Se formó la brigada rápidamente y luego de dos días, partimos."

¿Presentía que sería llamado?
"Te diré la verdad, nunca me imaginé que aquello que comenzó con unos pocos casos en China fuera a convertirse en lo que es hoy, pero cuando la epidemia comenzó a extenderse de la forma en la que lo fue haciendo, sí tuve el presentimiento de que todas las brigadas Henry Revee serían activadas, con más razón la que estuvieron en el Ébola, pues ya teníamos experiencia."

¿Estaba preparado?
"No, no estaba del todo preparado, pero tampoco necesitaba un mes para estarlo, el entrenamiento para el Ébola había sido muy fuerte y de mucho nos serviría esta vez."

¿Qué dijo y qué dice la familia? ¿Se comunica frecuentemente con ellos?
"La familia, ya sabes, aun cuando te apoye siempre, nunca quiere que uno vaya a arriesgarse. Mi familia no es la excepción, pero me apoyó en todo y en todo momento.
“Me comunico todos los días con todos o casi todos. De alguna manera sé de ellos y ellos de mí.  Esa es una de las tantas cosas en que los italianos nos han apoyado, porque aún no hemos podido acceder a las líneas para celulares, por seguridad del país, pero habilitaron WiFi para nuestro uso exclusivo."

Usted ha cumplido misiones en otros países, pero ¿en alguna ocasión en uno de Europa? ¿Lo imaginó alguna vez?
“He estado en Venezuela y en Sierra Leona, pero nunca imaginé y creo que nadie lo creyó, que Italia fuera a solicitar ayuda médica a Cuba y es algo inédito hasta ahora. Lo que sé de estos países es por la historia y los medios de comunicación, pero he leído muchos libros y muchas cosas que veo aquí, ya las había imaginado.”

¿Cómo fue esa impresión inicial de llegar a Italia justo cuando hacía mucho frío y estaba siendo el epicentro de la pandemia?
“Nosotros, al menos yo, veníamos con cierto recelo y dudas en relación a nuestra llegada y la forma en que nos tratarían estas personas. Veníamos con un no sé qué, de incertidumbre, sin embargo, todo se comenzó a minimizar, saliendo ya de Cuba.
“En el aeropuerto de La Habana había unos cuantos turistas italianos, que comenzaron a aplaudir la salida de nuestra brigada hacia el avión y cuando llegamos a Roma fue igual, todas las personas se paraban a saludarnos con aplausos y frases de agradecimiento y lo mismo pasó cuando llegamos a la ciudad en la que estamos, fue muy emocionante.
“Bueno, lo del frío fue algo duro, menos mal que el día antes de venir, nos reunimos y a un médico se le ocurrió revisar las condiciones meteorológicas de este país y valga eso, porque el parte decía que la temperatura en la región de Lombardía para el día que íbamos a llegar era de un grado. En Cuba hay que recordar que ya en 18 y 20 grados, se sacan los abrigos del clóset.
“A mí personalmente me gusta mucho el frío y traía una enguatada semi gruesa, muy buena y un suéter que en Cuba cuando hace frío de verdad me hace sudar y pensé ´con esto, más el abrigo que me dieron en Cuba es suficiente´, pero cuando llegamos aquí ¡qué va! Parecía que aquella enguatada y el suéter estaban mojados, el frío se metía por la tela como si nada, jajaja. La suerte fue que enseguida nos consiguieron abrigos y ahora tenemos más abrigos que frío.

La temperatura llegó hasta menos un grado y cuando más subía era a ocho o diez grados al mediodía, en estos momentos ya la temperatura se mantiene muy agradable.

¿Cómo es un ciclo de días de trabajo allí? ¿Me decía que es un hospital de Campaña? ¿Cómo son las condiciones?
“Nosotros trabajamos las 24 horas del día. La brigada está dividida por equipos de trabajo, de manera que podamos descansar, pues el agotamiento aquí es fatal. Ya una vez que estás dentro de la sala se cumplen todas las medidas y se hace el trabajo que normalmente se realiza en la de cualquier hospital.
“Trabajamos con pacientes enfermos, pero no en estado crítico. Si un paciente se agrava, se remite al hospital, donde también trabajan los clínicos e intensivistas nuestros. En ambos lugares trabajamos junto a médicos y enfermeros italianos.
“El hospital, al igual que en el ´Ébola´ es un hospital de campaña, diseñado y armado por los chinos; son casas de lona que forman una gran estructura, equipado por dentro con todo lo necesario, que incluye: Rayos X, ultrasonido, equipo para gasometría y otros y tienen sistema de calefacción o aire acondicionado, según el paciente lo necesite. El flujograma dentro está muy bien diseñado.
“Aquí, al igual que en todos los países del mundo, hay crisis con los componentes para garantizar la protección. Nosotros los tenemos, pero se nos exige que seamos cuidadosos al manipularlos para evitar que se deterioren. El traje no se cambia durante todo el turno y es realmente muy molesto, aunque sea más llevadero.”

¿Qué dicen los italianos del trabajo de los cubanos?
“Se nos dijo que no era necesario hablar italiano ni inglés, que ellos entendían el español, pero como quiera, al principio el idioma dio su trabajo porque nosotros instintivamente al ver que no podían entendernos bien, queríamos entonces hablar inglés y ellos querían hablar español y se formaba allí una sopa de idiomas… jajajajaja, pero poco a poco eso fue cambiando. Ya hoy ese problema es mínimo y eso, además de ayudarnos, ha estrechado las relaciones de afecto entre las dos partes. Su personal es muy profesional y afectuoso, incluso, han escrito cartas de agradecimiento y de reconocimiento por nuestro trabajo.”

¿Puede hacer una breve comparación del enfrentamiento al ébola y a este nuevo coronavirus?
“El Ébola es sin dudas alguna mucho más letal que el Coronavirus, pero este es más contagioso. Nosotros manipulábamos más a los pacientes del Ébola que a estos, puesto que aquellos generalmente estaban muy graves, esas dos condiciones nos hacían más vulnerables.
“El traje del Ébola era herméticamente cerrado y eso en aquel país de temperatura similar a la nuestra, era realmente sofocante. Allá no era posible mantenerse por más de hora y media el traje puesto por el peligro de deshidratación. Aquí en cambio, no pasa esto, el frío fue aliado en ese caso (aunque a veces teníamos que acudir a la calefacción). Estos trajes tienen un poquito más de ventilación.”

Un día le pregunté que si tenía miedo y me respondió que sí, que era lo que le ayudaba a no equivocarse. Hoy le hago la misma pregunta ¿Qué me contesta?
El miedo siempre está cuando tú sabes que te juegas la vida y cuando un simple detalle te puede llevar a la muerte, pero eso no nos detuvo allá ni lo hará aquí tampoco. Pero sí nos cuidamos con todas las energías y para evitar casualidades, soy muy consciente de no sentirme confiado porque en la confianza está el peligro y eso arrecia más el instinto de cuidarnos.

¿Algún mensaje a la población? 
Me quisiera despedir con una reflexión que ya muchos han hecho, pero que no por reiterativa, deja de tener importancia, me refiero a la cuarentena.
“La cuarentena es una medida clínico epidemiológica que toda la vida se ha hecho y todos en la vida alguna vez la hemos implantado en nuestras casas por ejemplo, cuando un paciente tiene Varicela o un herpes zoster o cualquier otra enfermedad contagiosa, que se le emite certificado médico, ¿Para qué se hace? ¿Qué padre o hermano o amigo mandaría a una persona así a la tienda o a comprar el pan o a meterse en una cola? Nadie lo haría ¿Y por qué no lo mandan? ¡Ah! para que no infecte a más nadie. Cuando a tu niño lo sacan del círculo o de la escuela por enfermedad, muchas veces lo hacen para evitar la propagación en esos espacios.
“Si usted sabe que en un lugar hay muchos pacientes enfermos con peligro de contagiar ¿Mandaría usted a su hijo? Entonces me pregunto ¿Por qué es tan difícil entender esto ahora, precisamente cuando más falta hace su comprensión?
“Las noticias en el mundo son dramáticas. En algunos países entierran a los muertos en fosas colectivas, los fallecidos se encuentran en las calles y en las casas sin que vayan por ellos, no existe capacidad para atender el volumen de pacientes que llega a los hospitales, todo ha colapsado y la causa fundamental es por no cumplir con el distanciamiento social.
“Nosotros necesitamos y eso es una obligación, cumplir con el aislamiento que tanto exige nuestro gobierno y que tanta falta hace. Es el único modo de no vivir un episodio trágico de los que tantos seres en el mundo están siendo testigos.
“El aislamiento social, o la cuarentena en aquellos sitios en los que se establezca, no es un capricho, es una necesidad. No arriesgues a tu familia, demuestra tu valor y tu solidaridad con tu gente, con los tuyos. Cuida tu casa, tu pueblo, tu país y eso solo se logra si te cuidas tú.”
Desde la lejana Lombardía, la región italiana, nos llegan sus consejos, su preocupación, su cariño...
Hoy su pueblo de Segundo Frente vuelve a sentir orgullo de tener a uno de sus hombres en la primera fila del combate. Esta vez las granadas, los disparos, las bombas… no son para defenderse en un conflicto bélico, sino contra un enemigo poderoso: la pandemia de la Covid-19 causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV2.
Meinardo, como todos aquellos que en el mundo entero enfrentan la pandemia, tiene familia, tiene gente que lo quiere y lo espera de regreso. Cuando esto pase, él estará de vuelta y vendrán uno y otro abrazo, muchas historias para contar, un sinfín de recuerdos y un hombre de gran coraje que desafía el peligro y la distancia en tiempos de coronavirus.


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