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miércoles, 18 de mayo de 2016

Embarazarse no es juego de muñecas



Nació muy pequeñito, su peso era inferior a los 2500 gramos. Luego de ser asistido por los especialistas es trasladado para la sala de Neonatología donde recibiría las atenciones pertinentes.
Muchas fueron las promesas de fe que hizo la familia en medio del desespero, al verlo tan minúsculo y por el temor de si se salvaba o no, aunque los médicos se empeñaban en preservarle la vida. Las horas de preocupación parecían interminables.
La madre pasaba ratos frente al cristal y a veces hasta las lágrimas le corrían por las mejillas. Luego entraba a amamantarlo, lo cual constituía el momento de feliz intercambio con su criatura.
El amor y el cariño también eran importantes para que el recién  nacido recobrara peso. Una vez que aumentó, lo trasladan junto a su progenitora para la sala de puerperio. Ahí estuvo más de un mes. Tal vez hubo instantes de desespero para la madre en los que necesitaba de su hogar y de su espacio. Sin embargo, pronto reconquistaba la paciencia cuando veía que su bebé se recuperaba poco a poco.
Los pezones se les hicieron postillas, pero aguantaba el dolor porque sabía que solo la lactancia materna exclusiva era la garantía para la recuperación de su hijo.
El bajo peso al nacer (BPN) está en aumento en el mundo y Cuba no está exenta de este fenómeno.
En la provincia de Santiago de Cuba el hospital general Clínico Quirúrgico Ginecobstétrico es el centro de referencia para bajo peso al nacer.
“Una de las principales causas del BPN es la hipertensión gestacional propiamente dicha, o sea, la preclampsia y en ocasiones la eclampsia. Son madres que tienen un daño previo y hay que interrumpirlas por el bienestar materno y puede que estos niños no tengan aún el peso ideal para el nacimiento”, comentó Migdalia Montoya Infante, especialista en Ginecobstetricia.
“Hay otras afecciones que nos hacen interrumpir la gestación precozmente, como son las infecciones vaginales. Y ya cuando las mujeres pierden líquido esto es un riesgo importante y muchísimas veces se viene con ruptura prematura de membrana a las 30 semanas, por ejemplo, y ya eso es un peligro de que ese niño no tenga el peso adecuado.”
Señaló también que hay mujeres desnutridas que se embarazan y se captan con un peso no ideal, por lo que en ocasiones no tienen un buen crecimiento intrauterino. Otro factor de riesgo es la diabetes gestacional, “aunque -explicó la especialista- con el seguimiento que se les está dando a estas gestantes se ha controlado y actualmente no es lo que más bajo peso aporta”.
Las doctoras Montoya Infante y Marlene Rosell Díaz, especialista en Neonatología, insistieron en la necesidad de planificar el embarazo. A veces determinamos parir una vez que hemos quedado embarazadas, pero no porque estamos en las mejores condiciones ni física ni biológica ni económicamente.
No es menos cierto que garantizar una dieta balanceada y sana para una embarazada es difícil, pero la familia tiene que involucrarse y no desentenderse. La mejor comida debe ser para la gestante, y su dieta tiene que respetarse, no es para compartirla con todos los miembros del hogar.
Es importante que la mujer en edad fértil estudie el momento idóneo y oportuno para procrear. Hay que cuidarse de las infecciones vaginales que constituyen hoy en día uno de los factores de riesgo principales y tiene otras consecuencias. Las embarazadas necesitan además, una atención diferenciada, y sobre todo el apoyo familiar. La gestante debe sentirse importante y de igual manera dar cariño a su criatura desde que es un embrión.
“Los bajo peso necesitan del acercamiento y el afecto de sus madres y estas deben evitar los estados de depresión y de desesperación  porque aunque parezca que no, se les transmiten al niño y entonces son infantes que no ganan peso”, añadió la ginecobstetra.
Muchos son los riesgos y las secuelas del bajo peso al nacer. Puede incidir, por ejemplo, tanto en el desarrollo psicomotor del niño como en su desarrollo intelectual. De ahí que a la mayoría de estos pequeños los siguen los neonatólogos por uno o cinco años en las consultas de neurodesarrollo.
Las mujeres deben prepararse para el advenimiento del nuevo miembro de la familia. Y saber, desde antes de la concepción incluso, que dar cariño y entregar todo de sí es sumamente importante para el feliz crecimiento de sus hijos y que embarazarse no es juego de muñecas.

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