Se
les encuentra en toda la ciudad. Abrazan a los niños, dan la mano a los
adultos, posan para la foto. No se les ve la cara; todos tienen un rostro
común: un atuendo los disfraza de Chaguito.
Están
en La Alameda, en el Parque de los Sueños, en el zoológico, en Plaza de Marte,
en el Paseo Patrimonial Las Enramadas o en algún otro lugar donde haga falta un
brazo amigo o representar a Santiago de Cuba.
Saludarlos,
colocárseles al lado o solicitarles una foto son instantes que agradecen niños
y adultos.
Nadie
sabe si alguno de ellos está triste o preocupado, pues como dice el escritor
Juan de Dios Peza en su poema “Reír llorando”: “El carnaval del mundo engaña
tanto, / que las vidas son breves mascaradas; / aquí aprendemos a reír con
llanto, / y también a llorar con carcajadas”.
Ellos se han convertido en personajes de la ciudad. Ya son figuras emblemáticas de la Capital del Caribe y parte de la gente que cariñosamente los llama: “Chaguito, Chaguito…”, “Oye Chaguito, vamos a hacernos una fotografía”.
Esta
imagen surge como un pedido de las autoridades del territorio de crear una
mascota para la ciudad. Fue un diseño del santiaguero Isauro Antonio Salas
Alfonso. Sin dudas nace de la creatividad y el ingenio de su autor, quien
inicialmente pensó en un pregonero de mango, “pero al final hay que entender
que se buscaba una mascota, y una mascota debe presidir muchas cosas, así que
no se debía parcializar con la imagen de un manguero”, según dijo el propio
autor en entrevista que concediera para Tele Turquino en abril de 2012.
Originario
de esta región del Oriente del país, este ícono representa a Santiago de Cuba
en todos los campos del desarrollo y la ciencia, en el deporte, la cultura;
está presente en cada campaña, en cada impronta.
Ha
sido albañil, médico, constructor, ingeniero… Chaguito ha devenido también
hombre de carne y hueso disfrazado de ese personaje popular que ya es parte de
la idiosincrasia del santiaguero.
Chaguito
puede ser su vecino, su hermano, su primo, su hijo, su vecino, o simplemente,
ese amigo que aquí o allá, en este o aquel lugar se halla siempre dispuesto a
la instantánea y el cariñoso abrazo. Y existe otra sencilla verdad: Chaguito es
santiaguero y siento orgullo.
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