Ha recorrido millas y millas de Holguín a
Santiago de Cuba y viceversa. Entre risas afirma conocer cada detalle del
trayecto, la ubicación de cada árbol y quién sabe si hasta los olores por
tramo.
Hace más de diez años se complementa así parte
de la vida del holguinero”, Rey, Reynaldo o “manos de oro”, como a veces le
llaman, viaja de su Holguín natal hasta esta ciudad para entregarse al
Cardiocentro santiaguero, como cirujano cardiovascular.