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lunes, 22 de enero de 2018

Rafacar y el periodismo: un matrimonio indisoluble



Ser periodista es tener una mente crítica, capaz de razonar, enfrentar los retos y reflexionar sobre los valores que forjan la grandeza de esta noble profesión.
Hay hombres que entregan su vida a la noble tarea de buscar la verdad con ética y credibilidad.
Hay hombres que desafían los tiempos y se incorporan a la modernidad.
Hay hombres que no envejecen, sino que suman nuevos años y más experiencias a su quehacer diario.
Hay hombres que son parte importante de la sociedad: son padre, amigo, consejero, confidente, líder, maestro, guía, luz…
Hay hombres que no se dejan vencer por los años…
Rafael Eulogio Carela Ramos es de esos hombres a quien sus colegas dedicaron un sencillo homenaje.
A Sierra Maestra entregó unos 30 años de su profesión. Antes estuvo en el periódico El Combatiente, de donde fue su director.
A lo largo de su carrera tuvo varias responsabilidades como Jefe de información, Jefe de Redacción, secretario del Núcleo del Partido y sobre todo, la de hacer un periodismo bajo los principios de esta Revolución, la nuestra, la de él, la cual siempre ha defendido.
Su voz se ha escuchado en defensas ante las injusticias, para denunciar problemas de la sociedad.
Su pluma fue parte incansable en la lucha por la liberación de los Cinco y aún sigue denunciando en sus letras las injusticias del bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos a Cuba.
El periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad.
Dijo Gabriel García Márquez que ser periodista es tener el privilegio de cambiar algo todos los días.
Y ahí ha estado él: Rafacar, como tantas veces ha firmado y muchos le llaman. Que la salud le acompañe en cada paso por la vida.
Nuestros buenos deseos y agradecimientos les queden siempre en el recuerdo del periódico Sierra Maestra.

Carela: desde el reconocimiento de su tutorada



Era enero de 2002 cuando apenas con 18 años llegaba por vez primera a los pasillos de Sierra Maestra.
De ahí el primer encuentro entre trabajadores y estudiantes. Todos expectantes esperábamos escuchar el nombre de quien nos iniciaría por la senda práctica del periodismo.
La mayoría aspiraba a ser ubicados en Deporte o Cultura. En verdad yo no tenía afinidad por nada; solo quería hacer Periodismo. Y fue entonces cuando iniciaron los lazos de amistad entre Rafael Carela Ramos y yo; él fue mi tutor.
Luego pasaron los años y yo regreso a Sierra Maestra. Siempre escuché sus consejos, su opinión, su criterio. Ante cualquier duda, sabía que en él tendría una respuesta.
Gracias a esta editora por haberme permitido conocerle. Gracias a Rafacar por ser parte de mi carrera.