Muchos han sido los mitos y comentarios populares respecto a la paloma que en varias ocasiones acompañó a Fidel Castro.
Cuando entraron victoriosos a La Habana, tras el triunfo revolucionario, ahí, en su hombro estuvo posada.
Ahora, en Santiago de Cuba donde descansan sus restos, dicen que se le ve posarse de vez en vez.
La explicación más sencilla es que el líder histórico de la revolución es símbolo de paz.
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