Powered By Blogger

jueves, 10 de marzo de 2016

Videojuegos y juegos electrónicos: ¿eliminarlos o dosificarlos?



Ernestico, un pequeño de ocho años, no sabe qué es la tacha, tampoco ha jugado trompo nunca, pero que a nadie se le ocurra competir con él en destrezas en juegos electrónicos, pues muy pocos serían sus rivales.
Él dedica muchas horas frente a la computadora o con sus videojuegos en el televisor. Así sucede con otros niños de su edad que se ensimisman en un mundo digital y no necesariamente para entretenerse en juegos didácticos.
Padres y demás adultos se sienten tranquilos cuando los pequeños están embelesados con sus videojuegos y no saben a veces el daño que les hacen al permitirles estar tanto tiempo en dicha actividad. Por ejemplo, se comienza a presentar problemas de socialización.
Miriam Musle Lavalle, Máster en Psicología de la Salud Infanto-Juvenil y especialista en Psicología en el Hospital Infantil Sur Antonio María Béguez  César, explica que hay quienes se han convertido en adictos. “Generalmente pierden la noción del tiempo y de los horarios. Incluso, los hay que comienzan a presentar dificultades desde el punto de vista intelectual y del aprendizaje”.
“No podemos negar que existen juegos didácticos digitales que son maravillosos porque contribuyen a aprender y ejercitar la mente. Tampoco se trata de eliminar completamente los juegos electrónicos, sino de dosificarlos y que el niño no los asuma como una sola y única actividad.”
Según comentó la especialista no son pocos los que llegan a las consultas con problemas de violencia, lo cual se debe precisamente a que los juegos electrónicos preferidos son los de combate y los de carreras de carros que generan una alta dosis de adrenalina.
Entonces pues, evitemos caer en tentaciones de la post-modernidad; logremos el balance y el justo medio entre los juegos tradicionales y los videojuegos para desarrollar el intelecto y no frustrar las habilidades necesarias en el proceso de enseñanza y aprendizaje del niño y su desarrollo psico-social y mental.

jueves, 3 de marzo de 2016

Juegos tradicionales: ¿”cosas” del pasado?




Mi niñez y adolescencia fue hace unos 15 años. Con añoranza recuerdo las horas que dedicábamos a jugar a los escondidos, a las cuatro esquinas, a la tacha y aquellas mañanas completas lanzando platillos y corriendo bajo el sol al coge bases.
En las tardes, al regresar de la escuela, era la furia del pañuelo. Las hembras nos incorporábamos a bailar trompos, bolas y hasta montar carriolas y carretillas, pues lo importante era jugar.
Así fue mi niñez; con juegos tradicionales crecimos. Teníamos un CDR infantil que no necesitaba convocatorias para los habituales “Plan de la calle”. Siempre estábamos listos para jugar y también para armar una escuelita o un hospital de “mentiritas” en el que cualquiera de nosotros era el maestro, el médico o la enfermera.
Ahora nuestra interrogante: ¿Dónde han quedado los juegos tradicionales? ¿Dónde está la transmisión que de generación en generación se hereda cual cofre para el entretenimiento? ¿Por qué estos tipos de juegos ya no son atractivos a niños y adolescentes? ¿Por qué es tan extraño ver a los infantes rodando una carriola o montados en una chivichana? ¿Por qué los papalotes son prácticamente objetos en extinción? ¿Dónde ha quedado esa niñez en la que el grupo era el horcón para el pasatiempo?
Los juegos tradicionales han quedado un tanto en el olvido, aunque muchos, como los de mi generación y otras, los recordemos con nostalgia.
Miriam Musle Lavalle, Máster en Psicología de la Salud Infanto-Juvenil y especialista en Psicología en el Hospital Infantil Sur Antonio María Béguez  César, explica que el niño desde que nace juega.
“Estos asumen modalidades diferentes en la medida en que los pequeños van creciendo, o sea, cambia el tipo de juego.
“Los juegos tradicionales traen como resultado un normal desarrollo desde el punto de vista psico-social y mental de los infantes, los juegos tienen una vital importancia en el desarrollo de niños y adolescentes.
No solo los ejercita físicamente, sino que los ayuda a modular tanto su mente como su cuerpo y les permite una comunicación y una socialización con el mundo que los rodea.”
Es una preocupación y un llamamiento a pensar en qué está sucediendo. ¿Será que los juegos electrónicos han reemplazado a los juegos tradicionales? ¿Hasta qué punto las nuevas tecnologías van en detrimento del desarrollo intelectual y social del niño?