Ilustre abogado bayamés, Carlos Manuel de Céspedes fue el primer Presidente durante la República en Armas y el primer abolicionista en Cuba.
Céspedes y del Castillo fue uno de los hacendados más poseedores y adinerados de la época a quien no le importó renunciar a sus riquezas con tal de conquistar una sociedad más justa. El 10 de octubre de 1868 da la libertad a sus esclavos y los convoca, como hombres libres que eran, a la lucha por la independencia.
Muere en un combate desigual el 27 de febrero de 1874 cuando es sorprendido por el Batallón de San Quintín en San Lorenzo, ubicado en la Sierra Maestra.
Sus restos se trasladan desde Chivirico hasta el cementerio Santa Ifigenia en la ciudad de Santiago de Cuba donde ha tenido tres enterramientos. El primero en una fosa común. El último, el 7 de diciembre de 1910 cuando se erige el mausoleo hecho de mármol de Carrara.
Este tiene a una mujer que simboliza a la Madre Patria con una rama de laurel que se le otorga a él como triunfo de los cubanos. En la otra mano tiene unas cadenas rotas representando la decadencia del gobierno que imperaba y el resurgimiento de la nacionalidad cubana. Está rodeado por cadenas que simbolizan la gran dore de esclavos que tenía.
Tiene dos banderas: la ideada por Narciso López en 1849 y diseñada Miguel Tourbe Tolón y la Bandera de la Independencia, diseñada por el propio Céspedes en 1868.
Hoy se utilizan las dos banderas en todas las actividades oficiales del gobierno cubano porque ambas representan nuestra independencia en diferentes tiempos.